¿Alguna vez te equivocaste y sentiste ganas de desaparecer? Tal vez dijiste algo sin pensar, olvidaste una tarea o cometiste un error en un juego. A todos nos pasa, ¡incluso a los líderes! Pero hay algo que los verdaderos líderes hacen diferente: no se rinden ni se castigan, aprenden de sus errores y siguen adelante con más fuerza.
Equivocarse no es el fin… es el comienzo de algo nuevo
Los errores no son enemigos. Son maestros disfrazados. Cada vez que te equivocas, tienes la oportunidad de descubrir lo que puedes mejorar, crecer y hacerlo mejor la próxima vez.
“No fallé. Solo encontré 10 mil maneras que no funcionaban.”
Thomas Edison (inventor de la bombilla)
¿Qué hace un líder cuando se equivoca?
1. Reconoce su error
No se esconde ni culpa a otros. Dice con honestidad: “Me equivoqué”.
2. Aprende la lección
Se pregunta: “¿Qué puedo hacer diferente la próxima vez?”
3. Lo intenta otra vez
Con más cuidado, más fuerza y más ganas.
Imagínalo así:
Los errores son como las caídas cuando aprendes a andar en bicicleta. Si te caes, no abandonas. Te levantas, ajustas lo que hiciste mal… ¡y sigues pedaleando hasta lograrlo!
Un líder que aprende de sus errores:
* Es valiente, porque acepta sus fallas.
* Es humilde, porque sabe que no lo sabe todo.
* Es perseverante, porque no se rinde fácilmente.
* Es más sabio, porque cada error le deja una lección.
Reto de la semana:
Piensa en un error reciente. No importa si fue grande o pequeño. Escríbelo (o dibújalo), luego anota una cosa que aprendiste de él. Guárdalo como recuerdo de que ese error te hizo más fuerte.
Recuerda:
Un error no te define. Lo que haces después de equivocarte… ¡eso sí te convierte en un gran líder!
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